LA BARCELONESA
Había aprendido a rodearse de lo más selecto. Quizás por eso la llaman La Barcelonesa, porque representa la esencia del buen gusto. Y porque su presencia y sus andares elegantes esconden el carácter cosmopolita, carismático, creativo y fresco de la ciudad donde nació. De Barcelona lo había heredado todo. Desde niña había dejado que el toque irresistible de la ciudad le calara hasta los huesos. Barcelona le enseñó a devorar la vida, a empaparse de naturaleza y dejarse guiar por el mar. Le enseñó a conocer sus sabores y a descifrar el mediterráneo en cada uno de ellos. Su paladar se había hecho experto a base de saborear la vida. Así
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